Nunca esperes que pase algo, nunca entres predispuesto a ningún lugar

domingo, 25 de noviembre de 2012

Este lugar está vacío.

Las primeras salidas siempre te lo preguntaban "¿Cómo se lo propusiste?" Y siempre les contabas como orgullo como te encontró con 6 músicos tocando "Su canción" en la playa y a ti de rodillas con una pequeña sortija en los dedos. De como la vida cambia para dos personas con un "Acepto"

¡Salud por los Novios! Dice su papá alzando la copa por el orgullo de su vida junto a ti, listo para entregarle la vida en cuerpo y alma. Y es así como no reaccionas a esta felicidad....


Vuelves en ti y despiertas. Nuevamente el televisor encendido y un vaso de cristal al lado tuyo te acompañan al abrir los ojos, ¿De qué sirve volver a abrir estos ojos que no te observan? ¿De que sirve el aire si cada bocanada es pesada y absurda sin tu aroma? Un nuevo trago, un nuevo sorbo, un nuevo correr por las venas. 

Y aquel día, cuando te esperaba que llegaras del trabajo, con la cena lista, y tu quitándote la corbata con pereza le preguntabas como estuvo tu día te dijo con lágrimas que venía alguien en camino, entendiste que tu vida estaba hecha, entendiste que no había más nada que pedirle a más nadie: serías padre. Cierras el álbum por un segundo y solo ves al vacío, reuniendo piezas, tratando de armar el vaso que acabas de lanzar a la pared, ya no reaccionas, ya no razonas, hoy es la pereza de sentir otra cosa la que habla por ti.

Aquel día en el hospital, aquella mano pequeña extenderse en tu mano, y escuchar su llanto, y ella acostada, los tres sentados, fue la escena perfecta. la que quedó plasmada en esa foto tomada por tu papá esa noche. Dos años y ya el pequeño Andrés trata de caminar, en bragas y zapatos desafía la gravedad y el equilibrio todos los días, como quién no cree en la derrota. Lo levanta, lo besa y lo vuelve a dejar en su lucha mientras tu lo llamas con calma para que siga tu voz. 


Escuchas tu puerta sonar pero no prestas atención por un momento cuando chocas con la última escena, en donde llegaste con Andrés del colegio y había una nota en la mesa: De como la vida cambia para dos personas con un "Adiós". Recuerdas que sonaba tu puerta y entra. Ya con cuatro años se acerca a tu cama y te dice que es hora de despertar, sabrías que es despertar si tan solo durmieras. 


"Este lugar está vacío sin ti" una y otra vez ronda y ronda en los desayunos en silencio, en la sala, en sus cajones vacíos, hasta que tu pequeño Ángel se te acerca y te abraza y te pide que no quiere verla nunca más. Tomas su mano, lo abrazas y recuerdas porque respirar, porque seguir , porque vivir un día más. 


La vida siempre sigue para el que quiere ver más allá de hoy.


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