Nunca esperes que pase algo, nunca entres predispuesto a ningún lugar

miércoles, 29 de septiembre de 2010

La Traición

Es de noche de nuevo, y las imágenes van apareciendo de nuevo en la mente, todas materializándote en frente mío, las dudas empiezan a nublar mi cabeza, y es cuando la traición invade mi tiempo y mi espacio. Culpadme de mi insolencia, por pensar en su rostro cuando no es debido, ansiar su caricia de ser prohibida y poco a poco sucumbo a su danzar en mi mente, y la contemplo como se contonea en mis sueños, como me controla con sus ojos, como me atrapa en su aroma, y soy víctima de su vida, de su rastro, un vil deseo carnal, un pecador más que muere a tus pies, virgen de los dolidos, que ahora de rodillas cierra los ojos y pide que todo esto pase, tirado en el piso cierro los ojos y me concentro en desaparecerte de mi mente, como un mal sueño, como un recuerdo doloroso.

Sin ambicionar mi devoción la tienes, y yo, débil ante mi mismo, me arrodillo a tus pies, y no soy nada, al tenerte al frente no soy nada. más que un hombre arrepentido de la pasión que lo invade, del deseo prohibido, ambicionando tus caderas, soñando en esos labios sabor a miel, el cielo y el infierno en el mismo cuerpo.

Aquí me tienes, ante ti, deseando que no me mires, que no me toques, que no notes que estoy aqui, pero si que estés en mi mente un segundo más. y sentir lo prohibido, saborerar esta sensación de pecado que solo tus ojos saben hacer en mi, tu fiel observador, tu devoto traidor. Al que con un ligero rostro tienes a tus pies, a tu merced, a tu piedad. a tus deseos. El perfecto silencio, la discreción es mi arte y tu mi lienzo. No soy más que aquel que te piensa de manera insolente, aquel que desata su imaginación cuando tu aroma se pasea por mis sentidos, y dejo la cordura y la decencia para el sol, pero la luna testifica mis deseos, y sabe que mis deseos son imposibles, pero así los prefiero, ni cerca ni lejos. solo existente. 


La traición me complace, me recuerda de nuevo mi humanidad, la facilidad con que dejamos a un lado lo correcto por lo pasional, y encontramos la excusa perfecta para nosotros mismos y dejar la cortesía a un lado, cuando nuestro corazón y mente exigen lo que no se puede ni debe tener. Sabemos bien cuando hacernos los ciegos, disfrutamos de ello pero no sabemos como despertar aún, sin que nos duela abrir los ojos y enfrentar la traición de frente


Original (27/05/09)

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