Nunca esperes que pase algo, nunca entres predispuesto a ningún lugar

miércoles, 3 de febrero de 2010


Le verdad, de a pequeñas dosis (Parte I)  Lo que éramos
El Génesis
Yo, inseguro, un poco confiado pero más que todo nervioso, con un poco de desesperación un poco de inocencia, y mucha creatividad al servicio del día, tu, un poco distraída, más insegura aún que yo, impulsivos como ningunos, sólo sabíamos decir un par de frases, solo sabíamos pensar el uno del otro compartiendo un beso, supongo que eso fue lo que poco a poco terminó tejiendo una delicada cuerda la cual quisimos tensar.
El Desquite
Yo, ligeramente resentido, un poco más confundido, pero con ganas increíbles de seguir adelante, tratando de entender que había más vida que ver, más que pensar y mucho más que vivir, decidido a buscar alguien que cambiase ese pasado amargo en aquel entonces y lo volviese dulce miel, un respiro a tanta oscuridad, tal vez ciego, tal vez recio a escuchar, pero nunca he aprendido de otra manera que por las malas. Tu, más confundida aún, con la verdad reservada sólo para ti, con el autoestima pisoteada, incrédula a mis palabras y mucho más a las tuyas, ni tan convencida pero algo decidida y dispuesta a tensar otra cuerda junto conmigo

El Desastre
Ya más que resentido,  mucho más confundido, con las metas pocamente claras, sin muchas esperanzas de nada, viendo solo desastre a mi alrededor, quise volverme un desastre más para encajar, siempre con una mente positiva, con buenos motivos siempre, tu, inocencia hecha persona, tal vez recordando ligeros rostros, ligeros gestos, risueña con un príncipe azul, o al menos alguien que la hiciese sentir como una princesa, deseosa de poder intentar sonreír de nuevo, ni tan confundida, ni tan insegura, pero si nerviosa a lo que pudiese pasar luego.
Entre interludios y distracciones fueron pasando los días, creyendo que tenía las respuestas y sólo encontrando más preguntas, creyendo que había encontrado sitio donde posarme y solo eran sombras y reflejos de lo que creía ser verdad
La Marca
Yo más inseguro, un poco desesperado, y más aun deseoso, de que supieras que existía, y que existía para tí mucho antes de que lo supieses, que mis palabras te nombraban sin darme cuenta, que mis pensamientos se iban hacia ti sin darme cuenta, un poco iluso, mucho más ingenuo, siempre pensando lo mejor de ella, tu, tan única, resplandeciente y bella, con tu carácter único, con tu forma de ser tan difícil de alcanzar, con tu mente en otros ojos, con tu corazón hecho de marcas y cicatrices, deseosa no encontrar ninguna otra marca que lamentar.

Lo Innombrable
Lo innombrable es eso a lo que yo llamo interludio, un momento de desfase mental, en cual uno deja de ser uno mismo para volverse algo que no concibe posteriormente que haya sido eso, la confusión de poder saber o no que es lo que pasa, y pues pasa a ser innombrable por el desenlace, un amargo trato de decepción, un patético intento creerme que la verdad la mía y no la que existe.

Y recuerdo cada segundo, como si lo hubiese vivido hace unos instantes, cada sonrisa, cada abrazo, cada pregunta, cada “si” ,cada “no” y cada “no sé”, cada uno me hizo entender tanto y no entender otras cosas. Me hicieron fuerte, me hicieron débil, me hicieron despreciable a mí mismo, me hicieron sentirme grande, me dijeron lo mismo sin saberlo ,me dijeron todo, menos lo que quería escuchar, hicieron todo menos lo que quería que hicieran

Quedarse un momento más a mi lado.


No hay comentarios: